29/V/2017. Madrid. El pasado fin de semana tuvo lugar la Sesión de Estudios y Comisión General de Profesionales Cristianos, con la participación de más de 40 militantes de las diferentes diócesis.
La Sesión de Estudios estuvo iluminada por Pedro José Gómez, que compartió sus reflexiones acerca de la Igualdad, que fueron aterrizadas en las diferentes realidades de evangelización del Movimiento.
Para la igualdad y la justicia
Miembros del movimiento de Profesionales Cristianos – PX, de Acción Católica, pertenecientes a distintas diócesis españolas –Badajoz, Bilbao, Madrid, Mallorca, Las Palmas, Palencia, Zaragoza, Zamora- , se han congregado un año más para celebrar su Sesión de Estudios y Comisión General en la Casa de Oración de Emaús en Pozuelo de Alarcón, durante los días 26, 27 y 28 de Mayo. Les presidía el lema “Profesionales cristianos para la igualdad y la justicia”, que marca el trienio de su línea de trabajo actual.
Durante todo este curso los/as militantes en sus Grupos de Revisión de Vida han estado analizando y descubriendo la realidad de desigualdad e injusticia desde sus ámbitos profesionales, que abarcan sectores de educación en sus distintos niveles –escuela, secundaria y universidad-, sanidad pública, empresas, autónomos/as, derecho, ámbito social, de la comunicación, cultural, etc.. La Sesión de Estudios ha sido lugar de síntesis y descubrimiento compartido de estas realidades de desigualdad, de sus causas personales, ambientales y estructurales, así como de sus dinámicas y consecuencias.
Desde una perspectiva científica y creyente
Todos estos descubrimientos ha sido leídos y juzgados con la ayuda de Pedro José Gómez Serrano, profesor de economía en la Universidad Complutense y cristiano de la comunidad de Pan Bendito, que impartió la ponencia marco de la reflexión: “La desigualdad desde una perspectiva creyente”. En ella analizó lo que es la complejidad del tema de la desigualdad y cómo hoy es una cuestión central en el estudio científico de la economía, por qué la hay y por qué es necesario corregirla. Para aproximarse después, a esta realidad tan desigual, desde la Palabra de Dios, tanto desde la perspectiva profética como sapiencial, a la luz de las claves evangélicas: de la fraternidad, de la reciprocidad, desde la comunión más allá del puro bienestar excluyente, y desde el aprender los límites sociales y ambientales del nivel de vida por el camino de la verdadera honradez, austeridad y fidelidad a la que nos invita el apóstol.
A la luz de la vida
Tras la profundización en las claves evangélicas propuestas aplicadas al vivir profesional, se trabajaron experiencias de la mano de profesionales ante la desigualdad de la realidad vivida por ellos mismos o descubiertas en su ejercicio y responsabilidad organizativa, en los campos de educación, empresa privada, sanidad pública, medios de comunicación, y gran empresa. Testimonios que sirvieron de luz para analizar y comprender cómo la mercantilización y la exaltación de la eficacia y el éxito pone en peligro la dignidad de lo humano con la desigualdad y la injusticia que ella genera. A partir de toda la reflexión ahora se abre un nuevo curso de riqueza y de positividad, queriendo analizar y descubrir las propuestas de un modo de vivir, de pensar y de sentir que genera igualdad y dignidad en medio de nuestro mundo, la necesidad de crear y potenciar oasis de verdadera reciprocidad y encuentro de lo humano y lo justo.
Por un proyecto evangelizador de ambiente
En la comisión general realizada el Domingo en la mañana, se trataron todos los asuntos propios del movimiento como la organización, la renovación de la presidencia –despidiendo a María José Toledo que la ha ejercido durante cuatro años- , la economía, y la programación para el próximo curso, quedando emplazados para la Comisión General que se celebrará en el mes de Septiembre. Es un momento de gran riqueza para este movimiento en el que se está ultimando el proyecto propio evangelizador que asumen como específico en el seno de la Iglesia diocesana, para favorecer la misión de evangelizar en medio de los ambientes.
La Eucaristía, junto a las oraciones de cada día, fue el broche de este encuentro fraterno de esta comunidad de cristianas y cristianos, que desde su ser profesional, intentan ser “Iglesia en salida” y vivir la clave de la levadura y de la sal en el ambiente que les es propio, tanto en lo referente a la profesión como a la cultura y la dimensión de lo público en la que somos y vivimos. La fiesta de la Ascensión nos dio la clave para la Igualdad: “Cristo siendo rico se hizo pobre para enriquecernos con nuestra pobreza”, este ha de ser el modo propio de ascender.