¿Es posible vivir la Navidad de otra manera?
Publicado el 19.12.2008
Organizaciones católicas reflexionan sobre la recuperación del mensaje evangélico.
(Marina de Miguel)
Detengamos la ‘Hiper-Navidad’, hagamos la paz en la Tierra». Éste es el lema con el que, por cuarto año consecutivo, 23 asociaciones y movimientos cristianos franceses han unidos sus esfuerzos y medios para que se vivan estas fechas de un modo diferente, abandonando los hábitos consumistas y recuperando el mensaje evangélico. Entre ellas se encuentran l’Action Catholique des Enfants (ACE), l’Action Catholique des Femmes (ACF), l’Aumônerie de l’Enseignement Public (AEP), l’Action Catholique des Milieux Indépendants (ACI), Jeunesse Ouvrière Chrétienne (JOC), Justice et Paix, Mouvement des Cadres Chrétiens (MCC),Mission Populaire Evangélique de France, le Mouvement Eucharistique des Jeunes (MEJ), le Mouvement Rural de Jeunesse Chrétienne (MRJC) o Pax Christi. La iniciativa, que va más allá de una colección de buenos propósitos para el próximo año, cuenta con una página web (http://www.noel-autrement.org), donde está recogido todo el material elaborado para reflexionar en comunidades, grupos, diócesis y parroquias. Con la ayuda de algunas asociaciones y entidades homólogas a las de los organizadores, Vida Nueva quiere conocer si una iniciativa similar tendría acogida en nuestro país y, de paso, calibrar el grado de madurez de los católicos españoles.
Sí que sería recomendable algo similar. Los cristianos tenemos que ser capacer de vivir la Navidad desde la sencillez, la austeridad y la cercanía personal con nuestras familias, amigos y personas que más nos necesitan», afirma Eduardo García Vázquez, secretario general de Profesionales Cristianos (PX). En la misma línea, Camino Cañón, presidenta del Foro de Laicos, considera que se está en «condiciones de promover mensajes y propuestas que hagan accesible el mensaje de paz a los hombres y mujeres de nuestra sociedad, y que acerquen a la vida cotidiana la Buena Nueva del Dios que entra en la historia humana en la forma de mayor debilidad y de mayor expresión de ternura».
Son muchas las voces que están demandando una Navidad auténtica, que traiga esperanza a quienes carecen de motivos para esperar», apunta Teresa García Gutiérrez, secretaria general de la Juventud Estudiante Católica (JEC). Así, aconseja «alentar cualquier iniciativa que apueste por signos sencillos y posibles que remitan a la auténtica celebración navideña».
Por su parte, María Gracia Rodríguez, presidenta de la Acción Católica General de Adultos (ACGA), recomienda no encasillar esta acción en un tiempo concreto. «Puede que sea la cabeza visible para una reflexión más amplia, ya que los valores que proponen importan tanto en este tiempo como en otros».
Trabajo coordinado
Sea de un modo u de otro, reproducir un reto como el francés implica un trabajo coordinado. Tomás Alonso, presidente de la Juventud Obrera Cristiana (JOC), habla de comunión, un concepto en el que se ha empezado a caminar, como lo demuestra el recientemente celebrado Fórum de Pastoral con Jóvenes, que sirvió para marcar líneas de trabajo común de cara al futuro, o la campaña ‘Pobreza Cero’, en la que 400 organizaciones se han unido para luchar contra el hambre. «Cada vez se trabaja más en esta línea de aprovechar los recursos de unos y otros. No importa tanto de quién salga la idea o de quién la apoye, si realmente se consigue llegar al fin y la tarea encomendada», precisa.
Al ser concebida por asociaciones con identidades y características propias, la secretaria general de la JEC matiza que debe poseer un «talante eclesial inclusivo, como sugerencia que nace de la totalidad de la Iglesia y no de un solo grupo, sector o movimiento».
Los laicos organizados en España necesitan y reclaman un voto de confianza en su labor y buen hacer», afirma Teresa, alabando el papel del asociacionismo laical en el ámbito de lo social. A la hora de emular el ejemplo galo, recalca que debe formularse en tono positivo, pues «hay sed de propuestas sencillas e ilusionantes que, sin condenar a quienes viven de otro modo, se pueden identificar sin lugar a dudas con la Navidad de Jesús».
Puesto que pretende tocar los corazones y la vida de las personas, la secretaria general de la JEC ve en los propios impulsores el recurso más esencial. Por ello señala que, si se pretenden articular medios para aterrizar los sueños y acoger en ellos las diferentes sensibilidades y carismas de los españoles, existen enfoques imprescindibles: «La formación (materiales de reflexión), la acción social (cómo ser signo de un mundo nuevo que nazca, que se haga real y tangible para todos, especialmente para los empobrecidos), y el mensaje religioso sencillo y directo, lo celebrativo, del sentido profundo de la Navidad». Para Alonso, hay que poner el énfasis en el testimonio ya que, reconoce, muchas veces se difunden más los pesares, las desgracias y los agobios, que la alegría con la que se debe transmitir el mensaje evangélico.
CAMBIAR HÁBITOS Y MENTALIDADES
Este año, la campaña francesa está dedicada al respeto a la naturaleza, porque las agresiones que se cometan contra ella son, en realidad, contra el ser humano. «El medio ambiente y la paz son indisociables, ya que nuestros métodos de consumo implican un impacto directo en la economía de los países desfavorecidos», explican los responsables.
Esta preocupación, igual que la solidaridad o el consumo más racional, es común a todos los cristianos, por lo que esta propuesta se puede extrapolar a España. «Hoy por hoy, el espíritu cristiano de la Navidad está muy lejos -pese a lo que nos hacen creer- de las luces de colores y de los centros comerciales. Todos consideramos la Navidad otra cosa. Los cristianos tenemos, por encima de las distintas sensibilidades, muchas cosas en común hacia las que caminar», reflexiona Eduardo García Vázquez.
Sin embargo, Teresa García llama a actuar con cautela y tener en cuenta el diferente grado de maduración en la fe que tienen los fieles; por eso, aconseja que tenga «diferentes puertas de entrada, para que puedan asomarse tanto los que ya viven su fe comprometidos en grupo, como los que sueñan con un mundo diferente». «Debe ser -prosigue- una propuesta sencilla para que tanto aquellos que tienen claro qué les mueve a celebrar la Navidad, como los que solemos llamar ‘alejados’, puedan encontrarse en una misma fiesta que, de alguna manera, da sentido a su vida».
Puesto que propone un cambio de mentalidad y de hábitos drástico, Virginia Burgos, presidenta del Movimiento de Jóvenes de Acción Católica (MJAC), asegura que «los cristianos no van a estar nunca del todo preparados para lo que implica, por eso siempre están en camino». No obstante, recuerda que la pretensión de todos los grupos cristianos es crecer en esos valores, en definitiva, trabajar por ser cristianos en el mundo.
De igual modo, María Gracia alude al «descafeinamiento» de la vivencia cristiana en la sociedad actual como un obstáculo para que este planteamiento no llegue al común de los creyentes. Pese a ello, considera que propuestas como la francesa son necesarias si las asociaciones y movimientos pretenden «ser una voz que plantee los valores cristianos en esta sociedad, con humildad, pero con autenticidad».
En el nº 2.641 de Vida Nueva.