En mi lugar de trabajo hay dos horarios posibles: de 8 a 15h y de 13 a 20:00 h, al que se opta en principio por la plaza que ocupas. En algunos lugares tienen acuerdos internos y se trabaja algunos días de mañana y otros de tarde. Yo ya había trabajado con horario de tarde durante unos años y al final llegó la recompensa de poder trabajar sólo de mañana. Pero un día se me plantea si estaría dispuesta a trabajar un día de tarde tan sólo cada 15 días, para que mis compañeros puedan trabajar alguna mañana a la semana, mejorando su horario laboral y conciliación familiar…
La respuesta parece fácil, ¿no…? Pues ese “SÍ”, me costó mucho. ¿Y, si me plantearan hacer 2 ó 3 días a la semana de tarde? Renunciaría a mi comodidad, a mi bienestar por mis compañeros…
“Padre cuando piense en mí misma, vuelve mi atención hacia otra persona. Cuando me vea pobre, pon a mi lado algún necesitado. Cuando no tenga tiempo, dame alguien que precise de mis minutos….”
Si en algo aparentemente sencillo, fácil, donde no pierdo calidad de vida…. ,me reconozco injusta, insolidaria,…. Sigo siendo yo el centro de mi vida y no tú, Padre. ¿¿Estoy dispuesta a coger tu cruz??, ¿a construir tu Reino?
Lectura de la segunda carta del apóstol San Pablo a los Tesalonicenses 2,15_3,5
Hermanos:
Que Jesucristo nuestro Señor y Dios nuestro Padre -que nos ha amado tanto y nos ha regalado un consuelo permanente y una gran esperanza- os consuele internamente y os dé fuerza para toda clase de palabras y de obras buenas. Por lo demás, hermanos, rezad por nosotros, para que la palabra de Dios siga el avance glorioso que comenzó entre vosotros, y para que nos libre de los hombres perversos y malvados; porque la fe no es de todos.
El Señor, que es fiel, os dará fuerzas y os librará del malo. Por el Señor, estamos seguros de que ya cumplís y seguiréis cumpliendo todo lo que os hemos enseñado.
Que el Señor dirija vuestro corazón, para que améis a Dios y esperéis en Cristo.
A Dios le encontramos siempre allí donde exista la vida, allí donde late el deseo de vivir; allí donde la humanidad lucha por ser más humana, más justa, más fraterna .Es posible que a veces los cristianos creamos en la eficacia de tantas cosas y medios, excepto la que Dios nos ofrece; nos apoyamos en todo, menos en su gracia y en su fuerza. Da la impresión de que no nos atrevemos a creer en un Dios cercano. Pero el auténtico creyente es aquél que cree que por encima de todos los fracasos, un día nuestra historia alcanzará la plenitud, participando de la plenitud del mismo Dios.
¡Dichoso quien acoge al DIOS de la VIDA,
porque en él todo quedará iluminado!