Nuestro Consiliario José Moreno Losada comparte con nosotros su reflexión en forma de Lectura Creyente de la Realidad, con motivo de la Fiesta de la Ascensión que conmemoramos hoy.

Ascender para confirmar

El proceso salvífico, abierto en la encarnación y radicalizado en la pasión y muerte, ahora encuentra su punto culminante. Tras la resurrección y los encuentros, la ascensión posibilita anunciar el evangelio de la vida con palabras y señales. Se abre el camino de la bendición sin interrupción desde la derecha de Dios. Cada palabra de vida acompañada de señal es proclamación del evangelio de la resurrección que invita a la esperanza de que resucitaremos con él.

La Iglesia tiene como misión pregonar el evangelio en todas partes sabiendo que el Señor va a cooperar con señales vivas. Somos la comunidad del resucitado en medio de nuestra historia y hemos sido enviados a proclamar el evangelio a toda la creación. La ascensión de Cristo es nueva clave de servicio, él nos enviará el Espíritu que nos da el poder de evangelizar, para realizar sus mismas señales del Reino.

Un obispo y una investigadora

La riqueza de la Iglesia me ha permitido gozar de la fuerza del evangelio en todo el mundo. En mi vida ministerial he podido viajar por razones de misión, más bien puntuales, a Perú en bastantes ocasiones y a Ecuador en una; una y otras fueron significativas en el orden de proclamar el evangelio a toda la creación. Relato desde el cuaderno de vida la experiencia de Ecuador.

La universidad católica de Quito me invita a compartir nuestra experiencia de Pastoral Universitaria en la UEX. Lo que se refiere al desarrollo de las competencias éticas en los universitarios, como algo trasversal. Lo motiva la publicación de la tesis doctoral realizada sobre la motivación de los estudiantes y el bien interno de las profesiones.  Me acompaña Trinidad Ruíz, botánica que tiene interés en candidatos a tesis en el campo su especialidad en el marco de la Amazonía, con personas de allí.

Visitamos Puyo con este motivo y yo tengo que ser ingresado para una intervención de urgencia, eso hace que tengamos que estar unos días en dicha población y acudimos al obispado donde nos dan cobijo hasta la recuperación. Allí conocemos al obispo burgalés Rafael Cob, un hombre de evangelio que está en medio de ese lugar emblemático para vivir el evangelio con su pueblo. Nosotros íbamos con un sentido universitario con fondo apostólico a aquella universidad y a aquel lugar, donde estaba una posible doctoranda, Carmen. Aquello se convirtió en una experiencia evangelizadora de primer orden. Alumnos de allí han estado formándose en Extremadura para volver a seguir aplicando conocimientos en su tierra.

Trinidad Ruíz como buena investigadora inquieta, mientras yo descanso, tras salir del hospital, se lanza al conocimiento de aquella realidad en todas sus dimensiones. Las relaciones de la casa le abren puertas inimaginables para conocer esa iglesia amazónica, ese pueblo y su historia. Lo que era interés científico, sin dejar de serlo, se convierte en atención de evangelio universal, de causa de ecología integral, de comunión con ese pastor y su presbiterio, con sus religiosos y con los líderes, especialmente lideresas, de aquellas comunidades. Desde entonces vivimos una relación universal apostólica y evangelizadora que tienen mucho para contar, harían falta varios libros como éste para dar cuenta de todo lo que ha ocurrido desde entonces.

Ahora don Rafael Cob es uno de los obispos referentes en la conferencia eclesial panamazónica, la lideresa Patricia Gualinga es un agente colaborador universalmente – con cercanía personal al papa Francisco-  en el tema de la defensa de estos pueblos y del ser de la iglesia en medio de ellos. Trinidad se siente parte de esta alianza, viviendo en primera persona estos procesos. Implicada en libros –publicados en PPC- sobre Laudato si y Querida Amazonía, así como en la reflexión de Ecología integral y profesión en el ámbito de los profesionales cristianos. El sentido católico se ha hecho verdad en estas historias. La fraternidad entre la investigadora, el obispo, los líderes amazónicos es verdad y viva. Los límites se han abierto con la fuerza del resucitado. No se puede ser más universal desde lo concreto, la iglesia, la universidad, la Amazonía han establecido lazos verdaderos que sólo son posibles desde la bendición y la trascendencia de aquel que nos envió a predicar el evangelio a toda la creación, desde la ascensión comprometida del resucitado.

Una bendición sin fronteras: la ascensión

Las fronteras y las banderas, como limitación y signos de exclusión, no son fruto de la gracia sino del pecado. En Cristo resucitado se abren las puertas de la luz universal que alumbra a todos los hombres con una llamada a la fraternidad total. Todos hermanos es la clave de la bendición del Cristo resucitado que asciende a los cielos. Sentado a la derecha de Dios tiene su mirada sobre todo lo creado y lo humano, su mano lo dirige todo hasta el punto Omega, donde todo será transformado por el amor y la unidad. Nuestro destino es la unidad en el amor, introducidos en el corazón de la trinidad amorosa y comunitaria.

Los signos que van manifestando el sentido comunitario de la humanidad y la armonía con toda la creación son ya parte de esa bendición universal y celestial. Ser parte activa de lo que conduce a la relación de unidad en la justicia y la paz verdadera es la misión de los que se han encontrado con el resucitado en sus propias historias personales.

La apertura a la comunión desde los lugares más pequeños y olvidados, llevando al corazón de lo humano la sencillez de esos últimos, es misión fundamental de la Iglesia hoy. “Fratelli Tutti” es el grito expreso de una buena noticia, de un evangelio para toda la creación. No tenemos otra meta esperanzada que ese sueño de reino que abraza a todos sin exclusión en la casa común de todo lo creado.

La ecología integral que enlaza Laudato si, Querida amazonía, “Fratelli Tutti”, sabiendo que todo está interrelacionado con el evangelio y su gozo, así como con el amor y su alegría, es nuestro marco de misión hoy. La Iglesia está abriéndose a esta verdad, se siente llamada a estar en salida para ir de verdad a todo el mundo, despojada de todo lo que en ella pueda ser frontera y bandera que separa y discrimina. En su propio seno se siente llamada a conversión y comienza a mirar a la propia iglesia de los pueblos más olvidados como referentes de esa armonía y de ese cuidado de la vida que va más allá del mercado y de tradiciones que separan y confunden.

El padre Dios abrazado en la desnudez de lo humano y mirado desde lo más alto se convierte en la fuerza para mirar la tierra como casa común, como lugar en el que enraizamos para vivir liberados de fronteras inventadas por el interés. El Padre es quien nos da el impulso para abrazarnos en la desnudez de lo sencillo, que sabe vivir en libertad ante todas las posesiones y poderes que pasan porque solo son de este mundo, y de hacerlo con radicalidad porque somos barro en manos del alfarero, todos necesitados de todos, y hermanos en el único Hijo de ese Padre. En la ascensión vemos la vocación ilimitada a ser un nosotros cada vez más grande.

José Moreno Losada.

Badajoz 21 de Mayo del 2023.