Cuando visito determinados domicilios o intervengo en ellos, a parte de todos los datos sicológicos o sociales  que te dan de la vida del paciente y de la familia, estos domicilios tienen muchos denominadores comunes y uno de ellos es la falta de armonía, la fealdad, lo feos y poco armónicos que son y es que la pobreza, considero que aparte  de ser una violencia estructural brutal, es también muy fea y poco armónica.

A veces pienso que los pobres, no sólo nos molestan porque no tienen recursos, sin entrar en cuestiones de nuestra estructura mental,  sino porque también son feos, los barrios son feos, sus coches, los que tienen, son feos, la fachada de sus casas es fea, su forma de vestir es fea, etc.

Y en una sociedad más cada vez centrada en la imagen, y desde la superficialidad, la fealdad molesta.

Y además en una sociedad que en que si uno nace feo se puede intentar volver guapo de forma estructural (cirugía). Así que parece que si uno es feo, o su entorno es feo  es porque uno quiere.

Si uno por muy delincuente que sea es armónico, no parece tan delincuente. Fijémonos en los ladrones de guante blanco, frente al ladrón vulgar, convencional.

Siempre he pensado que el Dios creador, la naturaleza, tiene una gran sentido de la belleza, de la armonía, de la proporción, y que el hombre se lo está cargando todo, tal cual una apisonadora.

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Después de disertación “a lo loco”…

Contemplemos un día a primera hora de la mañana, sólo cinco minutos,  cómo es nuestro espacio de trabajo, cómo está configurado el espacio, cómo huele, cómo es la luz que entra….y observemos a nuestros compañeros conforme van llegando  ¿los vemos, los miramos, cómo los miramos?

Reflexionemos como:

  • ¿Cómo son nuestros lugares de trabajo? ¿Son bellos, armónicos, proporcionados, cómo hacemos que sean? ¿Cómo son nuestras relaciones en el trabajo, armónicas, proporcionadas, bellas, ecológicas (de apoyo mutuo)? O por el contrario ¿son lugares feos, disarmónicos, y las relaciones con los compañeros son disarmónicas, de rivalidad, de lucha de egos?
  • En qué me fijo yo, dónde pongo el acento: en las cualidades del compañero, o en los déficits/defectos, en lo que me proporciona o en lo que me dificulta.
  • ¿Sabemos ver el lado bueno/hermoso de las personas con las cuales trabajamos?

Textos:

Génesis 1:31 Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era muy bueno. Y fue la tarde y la mañana el día sexto.

Salmos 139:14 Te alabaré, porque formidables, maravillosas. Maravillosas son tus obras, y mi alma lo sabe muy bien.

Mateo 5:8 Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.

C.M. Martini “No se consigue nada con lamentar y denuncia todo lo malo y feo que hay en nuestro mundo. Tampoco se ha logrado nada en nuestra época desencantada con hablar de justicia, de deberes, de bien común, de programas de pastoral, de exigencias del evangelio…Si queremos hablar de esto, hagámoslo con un corazón lleno de amor apasionado. Tenemos que experimentar aquel amor que da alegremente y con entusiasmo; tenemos que irradiar la belleza de lo que es verdadero y recto en la vida; porque solo esa belleza puede conmover interiormente a los humanos y orientarlos hacia Dios».

“La belleza es uno de esos raros milagros que acallan nuestras dudas sobre Dios”. J. Anouilh

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