San Agustín escribía: “Los hombres dicen que los tiempos son malos, que los tiempos son difíciles: vivamos bien y los tiempos serán buenos. Nosotros somos los tiempos: así como nosotros somos, son los tiempos” (S. Agustín, Sermón 8,8).

Esta afirmación de San Agustín puede parecer una obviedad, pero a mí me ha ayudado a darme cuenta de que aunque mi percepción primera es de que vivo un tiempo personal de inestabilidad, de dudas, de fragilidad, de horizontes desdibujados, de caminos inciertos… Digo, esta afirmación de San Agustín me ha ayudado repensar este tiempo, este mi tiempo, desde otra mirada. Si hay inestabilidad, hay dinamismo; donde hay dudas, hay fe; donde hay fragilidad, hay ternura y presencia de Dios; donde los horizontes aparecen desdibujados, hay espacio para la creatividad; donde los caminos aparecen como inciertos, hay otros caminantes al lado.

Y es así como he transitado desde el no a prestar este servicio, pasando por el sí dudoso hasta llegar al sí confiando y compartido. Confiado en Dios Padre y Madre y compartido con vosotros, con todas las personas con las que hacemos este movimiento de Profesionales Cristianos, con todas las personas que hacemos posible a través de este movimiento una Iglesia cercana, de proximidad, novedosa, en salida, transformadora, comprometida, valiente, encarnada… Las y los militantes de Profesionales Cristianos seremos el primer rostro de Iglesia para muchas personas que andan en búsqueda de lugares en los que hacerse algunas preguntas, compartir algunas intuiciones, encontrar alguna respuesta aunque estas sean provisionales. Para otras muchas personas, como lo ha sido para mí, el movimiento de Profesionales Cristianos será, ese lugar fraterno donde seguir creciendo en el descubrimiento del seguimiento a Jesús de Nazaret, y de las implicaciones de este para nuestra vida cotidiana y profesional.

Estaba descubriendo que en el ejercicio cotidiano de mi profesión Dios estaba muy cerca.

Estos días he recordado aquel café al que me invitó Galo Bilbao ya hace unos años. Donde yo le contaba que cada vez estaba más convencido que no me tenía que comprometer en nada distinto a mi profesión, estaba descubriendo a través de los años, cómo mi ser educador social, era una herramienta valiosa para acompañar a las personas drogodependientes, privadas de libertad, inmigrantes, pero también para trasformar el mundo en el que habitaban esas personas y yo mismo. Estaba descubriendo que en el ejercicio cotidiano de mi profesión Dios estaba muy cerca. Su presencia siempre discreta, respetuosa, pero nítida, se mezclaba en cada acompañamiento, en cada informe para diputación, en cada entrada a prisión, en cada cena en el piso de reinserción… Creo que fue Él, desde esa delicadeza con la que solo Dios es capaz de susurrarnos su llamada, que empecé a involucrarme en el colegio profesional de educadoras y educadores sociales del País Vasco, para construir profesión, sí, pero también para construir profesionales, vertebrados por la misma pasión y rigor con la que no solo yo sino muchos más ya estábamos trabajando.  Fue entonces cuando Galo me dijo “no me cuentes más, se me están poniendo los dientes largos, el movimiento de Profesionales Cristianos va de todo eso”.

nosotros-somos-los-tiempos-ante-el-servicio-de-la-presidencia-de-roberto-vidal-de-bilbao-px-profesionales-cristianos

Ha sido este movimiento el que me ha ayudado a ir poniendo nombre a muchas de las intuiciones y experiencias que yo tenía… ¡¡¡los bienes internos de la profesión!!! Humanizar la profesión, ser persona, ser profesional cambiar el mundo, ¡la profesión va por dentro!, «Profesionales ante la desigualdad»... Son solo algunos flases de los muchos aportes que este movimiento me ha ido haciendo a lo largo de estos años. Voy creciendo como persona, como profesional y como creyente gracias a todas vosotras.

Siendo esto así tenía pocas escusas, y mucha pereza, para no decir que sí a la responsabilidad de la presidencia del movimiento. Creo que asumir la presidencia del movimiento es una manera de devolver un poquito de lo mucho recibido, una manera de seguir descubriendo a Dios en el medio profesional, ahí está Él, construyendo a través de tantas personas de buena voluntad un mundo que sea más casa de todos, donde las personas descartadas sean las primeras, asumir la presidencia no es más que una humilde forma de decir GRACIAS. Gracias a quienes confían en mí para esta responsabilidad, gracias a la gente del movimiento en mi diócesis con la que comparto camino, gracias a todas vosotras porque en sesiones de estudio, mesas de experiencias, asambleas, eucaristías, me habéis ido confirmando en que este movimiento era mi lugar desde el que salir al mundo a anunciar esa vida buena que nos ofrece el Evangelio. Gracias, cómo no, a Marije por su infinita paciencia y generosidad!

Y acabo como empezaba, estaremos tentados a pensar que corren malos tiempos, que son tiempos difíciles, que somos pocos, que no nos entienden los Obispos, que nos salen los documentos por las orejas, que a ratos parece que hemos perdido nuestra especificad… Hagámosle caso a San Agustín y vivamos plenamente conscientes de que los tiempos los hacemos nosotros, ¡los tiempos somos nosotros! Así que no tenemos escusa, vivamos apasionadamente nuestra militancia, nuestro movimiento, nuestra profesión, nuestro ser Iglesia y entonces viviremos sin duda tiempos apasionantes!!

Roberto Vidal Failde (@RobertoVidaFai, de la Diócesis de Bilbao).

nosotros-somos-los-tiempos-ante-el-servicio-de-la-presidencia-de-roberto-vidal-de-bilbao