A comienzos del presente curso, Iñigo y Miguel, tras su experiencia en la JEC, deciden iniciarse en el Movimiento de Profesionales. Acompañados en este nuevo caminar por el Secretariado Diocesano de Pastoral Universitaria y de Profesionales, dan los primeros pasos de contacto con excompañeros militantes de Sestao (Cristina, Aitor y Txema) y juntos configuran un primer grupo de Iniciación. Durante estos meses se ha hecho una revisión de vida sobre la crisis económica, se han trabajado los primeros materiales de Iniciación del Movimiento y se han pensado iniciativas para convocar a otras personas. Una de estas acciones tuvo lugar el pasado mes de enero. Se convocó a una veintena de personas susceptibles, por su perfil y situación eclesial, de estar interesadas en el Movimiento. Acudieron cuatro. Para ambientar el acto procedimos a un breve rato de oración, con la proclamación del Evangelio del día, un momento de silencio e interiorización y un recitado del Padrenuestro como respuesta al texto (Mc 3, 7-12).

 

«Jesús, seguido por mucha gente de Galilea, se fue con sus discípulos a la orilla del lago. Al oír hablar de las grandes cosas que hacía, acudieron también a verle muchos de Judea, de Jerusalén, de Idumea, del lado oriental del Jordán y de la región de Tiro y Sidón. Por eso, Jesús encargó a sus discípulos que le tuvieran preparada una barca, para evitar que la multitud le apretujara. Porque había sanado a tantos, que todos los enfermos se echaban sobre él para tocarle.

Y cuando los espíritus impuros le veían, se ponían de rodillas delante de él y gritaban:

– ¡Tú eres el Hijo de Dios!

Pero Jesús les ordenaba con severidad que no hablaran de él públicamente.»

 

 

Así de sencillo, o más bien simple, en principio.

 

Sin embargo, como en otras muchas ocasiones, la Palabra se nos hizo Vida, se unió a nuestra reunión, a las expectativas, aspiraciones, miedos, etc. de los que allí estábamos. El texto proclamado fue Luz que iluminó las preguntas y dudas que surgieron en el debate:

  • Queremos ser militantes cristianos en medio del mundo, especialmente en el terreno de nuestra profesión, encarnando los valores evangélicos en la cultura contemporánea.
  • No aspiramos a ser un movimiento de masas, que terminan «apretujando» y ahogando con criterios inadecuados los objetivos que tenemos.
  • Sí pretendemos que se nos conozca en nuestro reducido ambiente, en nuestro contexto profesional, porque colaboramos en él en la construcción del Reino de Dios, eliminando los «espíritus impuros» que lo dificultan y «sanando enfermos».
  • Queremos que se transparente a través de nuestro ser y actuar la presencia del Espíritu de Jesús, el «Hijo de Dios».
  • Estamos persuadidos de que los tiempos actuales demandan de nuestra organización: mucha flexibilidad, capacidad de adaptación, grandes dosis de generosidad y de acogida desinteresada. Podemos ser una referencia eclesial para otros sin exigir que se identifiquen con nosotros.
  • No nos obsesionan los números (¿cuánta de la «mucha gente», de la «multitud»estuvo en la soledad de la Cruz?) ni la propaganda (que se «hable públicamente» del movimiento) sino la fidelidad a nuestra misión.

 

 

Termina la reunión. Desde los omnipresentes criterios de eficacia y eficiencia, desde las inevitables referencias de la cultura de la inmediatez y la apariencia, desde la obsesión por las cifras y el poder, nuestra acción ha sido un fracaso, sin paliativos. Sin embargo, paradójicamente, estamos contentos: hemos tenido la oportunidad de mostrarnos como somos a otras personas en búsqueda y la Palabra nos ha posibilitado entender mejor lo que queremos ser.

 

Pasan unos días. Los asistentes a la reunión, sin que nadie les obligue a ello, toman la iniciativa y nos dan a conocer sus impresiones: Roberto se apunta al proceso de Iniciación; Iván da ánimos y dice que es necesario un Movimiento como el nuestro, que él lo apoya y que le tengamos al corriente; Lander felicita a Iñigo porque ha hecho una estupenda presentación de lo que se quiere ser y, junto con Ana, planteará en breve a otros creyentes como ellos, dispersos en tres pueblos, lo que han escuchado en la reunión, pues les parece una propuesta interesante…

 

La lógica del Evangelio no es la del mundo, su gran riqueza y valor se transporta en frágiles vasijas de barro, somos débiles y la fortaleza nos viene del Espíritu del Dios de Jesucristo. Esto lo vamos intuyendo ahora, esperamos tenerlo aún más claro en el futuro. Damos gracias a Dios por todo ello con el Salmo 138:

 

«Te doy gracias, Yahvé, de todo corazón,

por haber escuchado las palabras de mi boca.

En presencia de los ángeles tañeré en tu honor,

me postraré en dirección a tu santo Templo.

Te doy gracias por tu amor y tu verdad,

pues tu promesa supera a tu renombre.

El día en que grité, me escuchaste,

aumentaste mi vigor interior.

Te dan gracias, Yahvé, los reyes de la tierra,

cuando escuchan las palabras de tu boca;

y celebran las acciones de Yahvé:

“¡Qué grande es la gloria de Yahvé!

¡Excelso es Yahvé, y mira al humilde,

al soberbio lo conoce desde lejos!”

Si camino entre angustias, me das vida,

ante la cólera del enemigo, extiendes tu mano

y tu diestra me salva.

Yahvé lo hará todo por mí.

¡Tu amor es eterno, Yahvé,

no abandones la obra de tus manos!»

 

 

Y mientras tanto, seguimos. El grupo retoma los materiales de Iniciación y va a participar en una pequeña campaña diocesana sobre los accidentes laborales. Habrá que buscar respuestas ágiles e imaginativas para que Roberto se sienta integrado, para no perder contacto con Iván y poder hacer cosas juntos en el futuro, para ofrecer lo que somos y hacemos a Lander, a Ana y su grupo, sin esperar como contrapartida que se unan a nosotros…

 

Terminamos con una oración recitada en común, que es petición y compromiso a un tiempo:

 

Jesús, ayúdamos a vivir la fe

desde el mundo de la profesión y sus conflictos,

Testimoniándote y anunciándote en esa realidad.

Queremos afirmar y promover una cultura

de vida para toda la creación y de dignidad para los seres humanos.

No somos instrumentos al servicio de la economía o la ideología.

Son la economía y la ideología las que han de estar al servicio de las personas.

Que la Iglesia mantenga un compromiso claro por la justicia

en el mundo de la cultura y de las profesiones.

Ven Señor Jesús.

 

 

Recibid un fuerte abrazo fraterno y agradecido desde este modesto grupo de Iniciación de Bilbao, con la ilusión de que rezáis con nuestra oración y nuestra vida, que son también un poco vuestras.